El cáncer del alma

Inclaros son tus sentimientos; que te corroen por dentro y dejan ver lo decrépito de tu ser.

Te aislas en la oscuridad de tus pensamientos, aquellos que te limitan a la tristeza y la soledad de tu alma.

Corrupta está tu alma. Aquella que levanta muros sobre tu ser y fortalece tu indiferencia.

Triste eres. Tu deteriorado corazón te delata. Palpita, sangra; pero no ama.

¿Dónde está aquel, que felicidad daba y en su sonrisa se apreciaba?


Vivo o muerto. La diferencia no está en tu pulso. Está en tu capacidad de amar con vehemencia, reír con pasión; pero cruzaste la línea a la indiferencia.

Pregunto por tu alegría y ganas de vivir la vida; están ausentes, más no inexistentes.

Sus sombras las delatan...

!Por favor búscalas!

Que arda en ti el deseo de vivir. Apasionado, vehemente, iracundo... pero vive.


Marchito estás en la plena primavera de tu vida. La eterna estación de tu mundo: Invierno.


Encendido o apagado. Conectado o desconectado. Llámalo como quieras. Sabes que solo hay dos estados en esta vida. Y tu: estas desconectado.


Enciende esa luz que ilumine tu camino. Camino donde encontrarás alegrías y tristezas.

Vive; destierra tu indiferencia. Disfruta la variedad de sentimientos. De la risa al llanto; del encanto al desencanto y otros males.

Abre la puerta a la vida. ¡Ábrela!

Tienes miedo; lo se. Pero ábrela.


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