Malos entendidos

- Alejate de ella.
-¿ Solo por que tu lo dices?
- ¿Realmente crees que tienes oportunidad con ella? Solo eres un perdedor, un fracasado; ella no se fijara en ti. Eres patético.
- Lo que tu digas hombre. Sabes, mejor me voy.
- Si, largate. Nadie te quiere por aquí.
¿Qué motiva a un hombre descalificar la capacidad de otro hombre de salir con una mujer? Podríamos decir que son celos. No en vano el agresor y la protegida se conocen desde primaria, de hecho asistieron a la misma escuela. ¿Se habrá confundido la amistad sincera por amor?
Pero mejor volvamos a tan amena plática. Claro que antes me gustaría darles una breve referencia del lugar de los hechos.
Una fiesta.
En una fiesta hay alcohol.
En una fiesta que hay alcohol la gente toma.
En una fiesta que hay alcohol, la gente que toma, se pone ebria.
En una fiesta que hay alcohol, la gente que toma se pone ebria y hace estupideces.
- Es más, ni siquiera debo molestarme con decirte esto, ella es demasiado inteligente para fijarse en un imbécil como tú.
El ofendido subió a su auto y el agresor no dudo en azotarle la puerta.
Un pequeño detalle que olvidé mencionar es que el ofendido y el agresor se conocían de mucho atrás. Vivían cerca y tenían muchos amigos en común. ¿Fue amor o amistad? ¿Qué derecho tiene un tercero en el asunto de dos?
¿Realmente el agresor conocía lo suficiente al ofendido para hacerle tal reclamo? ¿Conocía algún secreto del ofendido que impidiera que salga con la protegida? O simplemente, le reclamaba por acercase a la mujer que amaba.
- Ya calmate. Es una fiesta, vivimos a divertirnos.
- No jodas. Ya me voy.
Antes de irse, fue al baño y al salir: cara a cara, agresor y protegida.
- ¿Qué? Solo dije la verdad.
- No necesito que me defiendas. Puedo cuidarme sola.
- No conoces a ese tipo.
- ¿Tu si? Ni le hablas. Creo que las únicas palabras que has cruzado con él fueron las de ahorita.
- Porque lo conozco, me alejo de él y tu debes hacer lo mismo.
- Tu no lo conoces y no quiero que te metas en esto.
- Ya me voy.
Mientras se alejaba, la protegida le gritaba que se aleje de su vida y así fue. El agresor terminó agredido. El ofendido terminó saliendo con la protegida y años después se casaron. Lo que nunca llegue a entender es si lo hizo por amor o amistad sincera.

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